miércoles, 13 de julio de 2016

Seis años de vagabundeo

Hoy hace seis años que llegué a Salónica (Grecia) cargado con una mochila de ilusiones y un gran saco lleno de incertidumbre. Dejaba en Irun a mi familia, un buen trabajo en Donostia y un montón de amigos alrededor de España con la idea de empezar una nueva vida llena de aventuras y diferentes experiencias.

No tenía muy claro lo que iba a pasar. No había ningún gran plan. Llegué a Grecia con la intención de pasar el verano allí con mis amigos griegos disfrutando de las islas del Egeo. Pero me fui con billete sólo de ida, sin una fecha de vuelta determinada. Pasaron los días y luego los meses yendo de isla en isla, de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo buscando un sitio donde quedarme y empezar a trabajar dando clases de español hasta que, por la excusa de reencontrarme con amigos del País Vasco en Estambul, dí el salto a Turquía.

El plan turco consistía en pasar dos semanas viajando con mis amigos y volver a Grecia tras su marcha. Por primera vez en casi un año tenía un plan claro y sencillo pero no lo cumplí. El haber estado deambulando por Grecia sin tener un lugar fijo que llamar hogar infundió en mi un afán de aventura que me llevó a agotar mis tres meses de visado en Turquía. Antes de que se acabase mi visado turco encontré otra excusa para no volver a Grecia. Tenía que encontrarme en Tabriz (Irán) con Lionel, el catalán que conocí en Creta, para viajar juntos por Persia.

Una vez en Irán ya no pude dejar esta vida de trotamundos y, como mota de polvo que lleva el viento, empecé a deambular por diversos países hasta llegar al sudeste asiático. Crucé Asia Central, no sin antes visitar el Cáucaso y exploré la China rural hasta llegar a Vietnam desde donde recorrí casi todos los países del Sudeste Asiático.

En estos seis años sólo he vuelto a Irun, mi cuidad natal donde vive mi familia, en dos ocasiones. La primera en marzo de 2015 por la boda de mi hermano menor y en mayo de este año (2016) por el nacimiento de mi primer y reciente sobrina, Luna.


El Viaje 2010 - 2016

El Viaje 2010 - 2016


Pero el mundo sigue lleno de lugares y personas que esperan ser descubiertas. Quizás sean demasiados aunque yo sigo con la ilusión y esperanza de poder ver este mapa completamente naranja.


Paises visitados

Países visitados en toda mi vida


En octubre vuelvo a Kuala Lumpur. Llegaré allí de nuevo con una gran mochila sin un plan determinado pero con ganas de explorar nuevos horizontes. ¿Hacia dónde me llevará el viento esta vez?


Indonesia




sábado, 13 de septiembre de 2014

De blog a blog...


El mar

We had a running joke between us that went something like this -- 

"I want a boat. Actually, I want to be a boat and go all over the world." 

And he would say, "If you are a boat than I will be the wind so I can go with you."

"Maybe I want to be the ocean so I can touch every continent. I want to reflect light and shake hands with the sandy shores." 

"If you are the ocean, then I will be the sky." 

And this is how we were. Night and day. Water and sky. It was a love affair with adventure and a passion for language. It was like getting warm sheets out of the dryer and holding them until they cooled. 

It lasted only as long as I was in love with Spain but it was long enough, or maybe it was too short. 
Sometimes when I am about to fall asleep or when I am driving down a country road the old memories blur the edges of my thinking. 

They whisper the Spanish phrases I learned but maybe forgot. They dance before me in scenes and memories. A long walk on the beach at sunset. A rambling conversation with an old man at a bus stop. A night out on the town. Stumbling through the words to get to the real meanings. A small lonely bed. Dreams as big as the ocean.

"You can't be the ocean," a person in my life at that time kept saying when we would talk. "That is ridiculous."

But my Spanish friend always told me I could be whatever I wanted and I loved him for that. 

An ocean away and the closest we can get now is just a memory or a quick e-mail. The love affair was ended before it started so there isn't much to mourn. But my heart hasn't forgotten the pure allowance of fancy and whimsy. 

"I want to be the ocean." 
"And I want to be the sky." 

Atreverse / to dare

lunes, 10 de febrero de 2014