Llegó el día. Me voy. Parto una vez más hacia un destino incierto. Sólo sé que mi camino empieza en Salónica pero no sé a dónde me llevará. Mañana cojo un autobús que me llevará a Barcelona. De Barcelona partiré a Salónica el martes.
Estos últimos días han sido días de despedidas. Extraños días. Siento que en este paso que he dado en mi vida estoy dejando atrás más cosas de las que realmente dejo. En realidad las únicas despedidas son las de mis compañeros de trabajo ya que han dejado de serlo. Los amigos siempre estarán ahí. Mi familia siempre estará aquí. No necesito despedirme más. Sólo necesito un "buen viaje".
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