sábado, 15 de marzo de 2008

Mein Heim in Berlin, Kopernikusstr. 18


Aunque parezca mentira este era el portal del piso en el que estuve viviendo en Berlin en agosto de 2006. Lo peor de todo fue que yo llegué alrededor de las 21:00 allí y al encontrarme eso en una calle poco iluminada.... lo primero que pensé fue: "Tiene que ser aquí, no hay más 18s en esta calle". El portal no tenía telefonillo, así que abrí la puerta y me encontré el espléndido Hall y entonces pensé: "¡¿dónde coño me he metido?!!!".



Yo no sabía en qué planta estaba el piso en el que había alquilado la habitación así que miré en los buzones. En los buzones no ponía nada más que... borrones.



Y el tema está en que yo sólo sabía que el que me alquilaba su habitación, porque se iba de vacaciones a Rumanía, se llamaba Guido Selent y que su piso estaba en la dirección que me habían dado "Kopernikusstr. 18". En el aeropuerto, nada más llegar a Berlín, llamé por teléfono al tal Guido y me dijo que él no iba a estar en el piso pero que un compañero de piso estaría allí para abrirme la puerta y mostrarme la habitación. Así que decidí probar suerte e ir subiendo plantas hasta encontrar algo habitable. Fue entonces cuando en la segunda planta del edificio me encontré con una puerta de un piso que parecía estar habitado.




¡Eureka! entre tanta letra encontré un "post-it" donde ponía "Selent, Ostmann y Potte". Ya había encontrado la puerta. Llamé y me abrió una joven, maja y guapa alemana con acento bábaro.



Lo primero que me enseñó mi compi de piso fue la habitación que yo le había alquilado al tal Guido. Al entrar no vi ninguna cama. Me quedé sorprendido porque más que una habitación parecía el salón de la casa. Miré a mi izquierda y vi un sofá y en ese momento pensé: "yo un mes durmiendo en ese sofá no aguanto".



Debí de poner una cara muy rara porque al momento me dice la compi: "la cama está ahí arriba". Menos mal, por lo menos había un colchón.



El resto de la casa no estaba mal. La cocina tenía su aquél. Teníamos a parte del horno a gas otro de carbón. Como era agosto yo no necesité lidiar con esa avanzada "tecnología" en termodinámica. Lo bueno de la cocina es que era el lugar de encuentro, el funadero de shisha (narguile), el salón de té y el meeting point de los tandems de idiomas (conversaciones alemán-español).







Y como no podía ser de otra forma también teníamos el famoso Water Comunista. Fue mi primera experiencia con semejante disparate de ergonomía en "excusados".



Afortunadamente el ser humano tiene una capacidad de adaptación extraordinaria y al final de mi estancia ya me había habituado a mi pequeño "hogar" berlinés. Las fotografías están sacadas a plena luz del día pero os tengo que recordar que mi primer encuentro con mi "hogar" berlinés fue a las 21:00, en una calle muy poco iluminada, y que yo parecía Paco Martínez Soria con la cesta llena de chorizos llegando a la gran ciudad.



Lo triste es que a día de hoy este piso ya no existe. A finales de agosto de 2006, cuando yo estuve allí, empezaron a desmantelar los pisos del edificio. Estaba proyectado desde hace unos años la remodelación completa del edificio. El encanto berlinés del pisito estilo ocupa permanecerá en mis recuerdos y en mis fotografías.

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