viernes, 16 de julio de 2010

El argonauta vasco

Si no respiras, no hay aire. Si no caminas, no hay tierra. Si no hablas, no hay mundo.

Pues eso, yo respiraré, caminaré y hablaré con las gentes del mundo...

Hoy comienza mi viaje por la Grecia profunda. Para empezar estoy invitado a un gran banquete griego en casa de la abuela de mi amigo Akis. Ya me estoy imaginando una mesa repleta de comida de la cual no nos podremos levantar hasta que prácticamente todo esté acabado. Después se supone que vamos a bañarnos a un río pero tras dicho banquete seguramente necesitaremos 11 horas para hacer la digestión.



Acampadas libres, festival de música étnica, una de mis pasiones, y muchas aventuras mas nos esperan. Atrás, por ahora, dejo las calurosas noches de Salónica pero volveremos. Hemos dejado atrás amigos a los cuales no podemos abandonar, también tienen que participar en la búsqueda del vellocino de oro.

1 comentario:

M dijo...

Ummm, cena con una abuela griega... Ay, Mikel, que te pierdes. ¡Acuérdate de Ulises y ten cuidado con los cantos de sirena! XD